miércoles, 8 de mayo de 2013

¡Es el equipo, estúpido! (I)


No, no se trata aquí de faltar al respeto a nadie.

Esta expresión, originariamente "The economy, stupid!" se hizo famosa en el año 92, en la campaña de Bill Clinton contra Bush (padre), para hacerle ver que los temas sobre los que tenía que trabajar eran aquellos relacionados con las necesidades de los ciudadanos. Esto le hizo ganar las elecciones.

Haciendo un paralelismo con ella, se intenta aquí explicar y potenciar la importancia del equipo, cosa de la que, demasiados pocos farmacéuticos titulares son REALMENTE conscientes. No conscientes de "boquilla", sino de forma activa.

En un post anterior hemos iniciado algunas ideas sobre cómo el equipo, el capital humano, es el corazón/motor del funcionamiento de nuestra OF. Todavía hoy hay quien se lo plantea.

Antes de que el Cliente entre por la puerta, está el Equipo.

La importancia del trabajo en equipo


Y esto se explica de una manera muy básica. Si en una Farmacia radiante, "high design", con un surtido excepcional, impecable gestión por categorías, comunicación atractiva y sugerente, etc... me atiende una persona de mal café o con el ceño fruncido, sin medio arreglar -por no decir con mal aspecto-, y me recibe con un seco "Dime", probablemente no vuelva por allí.

Si el equipo no está motivado, no atenderá con todos sus sentidos puestos en la atención al público, lo que se traducirá en una deficiente calidad del servicio, menores ventas, menor rendimiento, menor fidelización de los clientes, etc.

Nuestra sociedad cada vez es más exigente. Quiere profesionales de verdad. Quiere jamón, jamón. Al mínimo error o desatención, pasarán a la competencia. Esta idea no se nos puede quitar de la cabeza.

Pero sólo una pequeña parte de la responsabilidad de esto es de los colaboradores. La piedra angular del equipo no es otra que el jefe, el director, el Titular de la Farmacia. Si la orquesta no tiene un buen director, a buen seguro que acabaremos por desafinar, y esto no será del agrado del público que acudió a escuchar lo bien que interpretamos.

En muchas farmacias, quizás en demasiadas, el director no dirige. El director es una figura que está en todos sitios y en ninguno. Ante esto, tenemos dos opciones: una, tomar el camino del orden y comenzar a hacer lo que tenemos que hacer; y dos, arrepentirnos de no haberlo hecho.

En esta serie de posts seguiremos hablando de educación, coordinación, incentivos, formación, y ambiente de trabajo, e intentaremos desmontar razonadamente algunas teorías recientes sobre cómo se debe seleccionar, tratar, cuidar y motivar nuestros equipos. 

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