No, no se trata aquí de faltar al respeto a nadie.
Esta
expresión, originariamente "The economy, stupid!" se hizo famosa en
el año 92, en la campaña de Bill Clinton contra Bush (padre), para hacerle ver
que los temas sobre los que tenía que trabajar eran aquellos relacionados con
las necesidades de los ciudadanos. Esto le hizo ganar las elecciones.
Haciendo
un paralelismo con ella, se intenta aquí explicar y potenciar la importancia
del equipo, cosa de la que, demasiados pocos farmacéuticos titulares son
REALMENTE conscientes. No conscientes de "boquilla", sino de forma
activa.
En
un post anterior hemos iniciado algunas ideas sobre cómo el equipo, el capital
humano, es el corazón/motor del funcionamiento de nuestra OF. Todavía hoy hay
quien se lo plantea.
Antes
de que el Cliente entre por la puerta, está el Equipo.
La importancia del trabajo en equipo |
Y
esto se explica de una manera muy básica. Si en una Farmacia radiante, "high
design", con un surtido excepcional, impecable gestión por categorías,
comunicación atractiva y sugerente, etc... me atiende una persona de mal café o
con el ceño fruncido, sin medio arreglar -por no decir con mal aspecto-, y me
recibe con un seco "Dime", probablemente no vuelva por allí.
Si
el equipo no está motivado, no atenderá con todos sus sentidos puestos en la
atención al público, lo que se traducirá en una deficiente calidad del
servicio, menores ventas, menor rendimiento, menor fidelización de los
clientes, etc.
Nuestra
sociedad cada vez es más exigente. Quiere profesionales de verdad. Quiere
jamón, jamón. Al mínimo error o desatención, pasarán a la competencia. Esta
idea no se nos puede quitar de la cabeza.
Pero
sólo una pequeña parte de la responsabilidad de esto es de los colaboradores. La
piedra angular del equipo no es otra que el jefe, el director, el Titular de la
Farmacia. Si la orquesta no tiene un buen director, a buen seguro que acabaremos
por desafinar, y esto no será del agrado del público que acudió a escuchar lo
bien que interpretamos.
En
muchas farmacias, quizás en demasiadas, el director no dirige. El director es
una figura que está en todos sitios y en ninguno. Ante esto, tenemos dos
opciones: una, tomar el camino del orden y comenzar a hacer lo que tenemos que
hacer; y dos, arrepentirnos de no haberlo hecho.
En
esta serie de posts seguiremos hablando de educación, coordinación, incentivos, formación, y ambiente
de trabajo, e intentaremos desmontar razonadamente algunas teorías recientes
sobre cómo se debe seleccionar, tratar, cuidar y motivar nuestros equipos.
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